La reunión de alto nivel para poner fin al sida centrará la atención de todo el mundo en la importancia de una respuesta acelerada al sida para los próximos cinco años. El enfoque de acción acelerada de ONUSIDA tiene como objetivo alcanzar grandes metas para el año 2020. Algunas de ellas son:
Hoy, día 1 de marzo de 2016, faltan 100 días para la reunión de alto nivel para poner fin al sida de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Solo quedan tres meses para dar forma a los siguientes cinco años de compromiso mundial para con la respuesta al sida, así como para asegurarnos de que vamos por el buen camino para poner fin al sida como amenaza a la salud pública para el año 2030.
Aunque es importante reflexionar sobre el resto de los desafíos y todo lo conseguido con respecto a la respuesta al sida durante las últimas tres décadas, nuestra prioridad ahora ha de ser diseñar e implementar un enfoque de acción acelerada para el futuro, sacando partido de lo ya aprendido, incorporando la ciencia y la tecnología, y tomando decisiones difíciles y valientes que nos llevarán a una generación libre de sida.
El mundo tiene apenas cinco años para acelerar la respuesta al sida, lo cual apresurará la reducción de nuevas infecciones por el virus, las muertes relacionadas con el sida y la eliminación del estigma. Si alcanzamos los objetivos acelerados para 2020, podemos prevenir que la epidemia del sida vuelva a brotar para así concentrarnos en la meta de conseguir que deje de ser una amenaza para la salud pública en 2030.
En septiembre de 2015, los Estados miembro de las Naciones Unidas adoptaron los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Los ODS establecen una agenda mundial para eliminar las barreras que impiden a la gente ser consciente de todo su potencial. Estas complejas barreras están interrelacionadas y entre ellas se encuentran las desigualdades de género e ingresos, falta de acceso a la sanidad, al agua, a la higiene básica, a la educación y a los servicios legales, inseguridad energética o alimentaria , o vivir en entornos superpoblados o contaminados. Muchos de estos factores contribuyen a la expansión y a la persistencia del virus. Una respuesta al sida firme e inclusiva debe estimular los avances de los distintos ODS.
Desde el 8 hasta el 10 de junio de este año 2016, el presidente de la Asamblea General convocará la Reunión de alto nivel sobre el sida de la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York (Estados Unidos de América). La reunión ofrece una oportunidad excepcional para abogar por los cambios políticos, sociales y de programación necesarios para reducir el impacto de la epidemia de VIH. Desde que se elaboró la primera Declaración de compromiso sobre el VIH/sida “Crisis mundial – Acción Mundial” en 2001, cada reunión de alto nivel sobre el sida ha fortalecido el compromiso de los Estados miembros con la integración, la no discriminación, la equidad y otros objetivos cada vez más ambiciosos en la respuesta al sida.
ONUSIDA se ha comprometido a trabajar con sus asociados para promover una Declaración Política que asiente nuevos y audaces objetivos para el tratamiento del VIH, la prevención, los derechos humanos y las inversiones. Debemos conseguirlo. Las decisiones tomadas en la reunión de alto nivel y los compromisos asumidos en la Declaración Política podrían encaminar al mundo a poner fin al sida o a prolongar la epidemia indefinidamente. El mundo no puede permitirse retroceder sobre los compromisos existentes y permitir el repunte del sida. El resultado supondría una carga incontrolable de la enfermedad y millones de muertes evitables, la mayoría de las cuales se darían entre las poblaciones marginadas.
Resulta idóneo que la cuenta atrás de 100 días haya comenzado en el Día Internacional para la Cero Discriminación. El estigma y la discriminación siguen siendo obstáculos para el acceso. Los grupos de población clave como trabajadores sexuales, usuarios de drogas inyectables, hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, reclusos, chicas adolescentes y mujeres jóvenes quedan excluidos de la respuesta al sida con demasiada frecuencia y merecen el acceso equitativo a los servicios de calidad de prevención del VIH, los cuales se ofrecen en los lugares donde trabajan y viven.
A finales del último milenio, el sida revirtió muchos de los logros conseguidos a través de grandes esfuerzos en los resultados mundiales relacionados con la salud. Sin embargo, con el cambio de milenio, el movimiento de lucha contra el sida, dirigido por personas que viven o que están afectadas por el VIH, inspiró al mundo, proporcionando un modelo basado en los derechos y centrado en las personas que está orientado hacia la transformación tanto social como de la salud mundial. Este enfoque pionero nos permitió alcanzar en 2015, antes de lo previsto, el objetivo de conseguir que 15 millones de personas tuvieran acceso al tratamiento contra el VIH.
El mundo necesita urgentemente que se incrementen las inversiones en materia del VIH o correremos el riesgo de revertir los grandes éxitos logrados en los primeros 15 años del milenio. Se calcula que en 2015 se invirtieron unos 21.700 millones de dólares en la respuesta al sida en los países de ingresos bajos y medios. Las inversiones deben incrementarse año a año hasta que sean un 40% más altas en 2020, para cumplir así los objetivos de la Acción acelerada. Adoptar el enfoque de Acción acelerada en lugares y poblaciones y redistribuir los recursos allí donde son más necesarios asegurará que las personas más afectadas por el VIH tengan acceso a los servicios de tratamiento y prevención del virus. Alcanzar todos los Objetivos de Acción acelerada en el tiempo establecido haría que los recursos totales estimados empezasen a reducirse en 2021. Sin estas inversiones inmediatas, el mundo corre el riesgo de prolongar la epidemia de forma indefinida.
A pesar de haber sido adoptados por los Estados miembros de las Naciones Unidas, los ODS nos conciernen a todos y todos podemos desempeñar un importante papel a la hora de alcanzarlos. Necesitamos aprovechar la responsabilidad compartida y la solidaridad mundial movilizada en torno al sida para asegurar que la Declaración Política de 2016 sea sólida, progresista e innovadora.
Debemos movilizar una oleada de activismo de todas las ramas de la sociedad en los 100 días previos a la reunión de alto nivel. Comunidades afectadas, científicos, trabajadores sanitarios, trabajadores sociales, empresas y políticos pueden abogar por el cambio, la inversión y el compromiso de un enfoque sobre el VIH equitativo y basado en los derechos humanos a lo largo de los próximos cinco años. En abril se celebrará una Audiencia con la Sociedad Civil en Nueva York en la que las organizaciones de la sociedad civil registradas podrán plantear cuestiones, expresar sus necesidades y exigir que se incluyan determinados idiomas en la Declaración Política de 2016. La cuenta atrás para 2020 ha comenzado. Necesitamos trabajar con nuevos métodos. El Programa de desarrollo sostenible de 2030 compromete a la comunidad mundial a no excluir a nadie y abrir un espacio para ampliar las acciones ya conocidas sobre el sida. El mundo entero unió sus fuerzas en el nuevo milenio y se atrevió a comprometerse con la interrupción y reversión de la epidemia del sida; todo esto lo logramos juntos. Ahora es el momento de unir fuerzas de nuevo y acabar aquello que empezamos. Aprovechemos esta oportunidad y unámonos todos a la Acción acelerada para poner fin al sida como amenaza para la salud pública para 2030.